miércoles, 1 de febrero de 2017

Boicot a los productos de Estados Unidos

Las declaraciones de Donald Trump respecto a la construcción del muro en la frontera mexicana han generado todo tipo de reacciones, no solo por el tema de derechos humanos o la simple ética que nos debería regir como humanidad, sino porque además pretende cobrarlo a los mexicanos por las malas, a punta de impuestos y aranceles a sus productos.
Una de las reacciones obvias y más rápidas es llamar a la acción de los ciudadanos mediante hechos concretos y no violentos. Así que, la propuesta es hacer un boicot a los productos de Estados Unidos. No consumir más café en Starbucks, ni hamburguesas en McDonalds o Burger King, o apagar el DirecTv. Parecería sencillo, pero...
Tomemos las cifras del mercado colombiano, aunque sea de una forma superficial para hacernos una rápida idea de lo que estamos hablando.
Estados Unidos es el principal cliente de Colombia, con el 30% de las exportaciones. También es nuestro principal proveedor, con una participación también del 30%, aunque con un valor nominal un 50% más alta debido al deficit de la balanza comercial. Importamos de Estados Unidos cerca de 16.000 millones de dólares que van a la industria manufacturera y comercial.
Con seguridad quienes han preferido importar de Estados Unidos y no de China o Europa lo hacen por tres razones posibles:
1. Porque el destino son empresas que fabrican por licencia o que requieren una tecnología específica.
2. Porque el precio es más competitivo.
3. Porque estamos pagando la operación comercial de marcas y productos de Estados Unidos.
Así que un boicot contra los productos estadounidenses sería posible, pero tendría fuertes repercusiones en nuestra propia economía:
Si dejamos de consumir café en Starbucks, hamburguesas en McDonalds o Burger King, cancelar la suscripción de Directv o no comprar marcas de ropa como Tommy Hilfiger, estaremos afectando las exportaciones de Estados Unidos en un porcentaje muy bajo, pero estaremos afectando gravemente a las personas que trabajan en esas empresas, que son colombianos, además de aquellos que han invertido su capital en traer algunas de esas marcas como franquicia o representación.
En el caso de Directv por ejemplo, es una empresa que puede tener algo más de 1.000 personas directas e indirectas (piensen en el servicio técnico e instalaciones) además de los 3.500 que trabajan en el call center que atiende a Colombia y otros países hispanos. ¿Cuantos podrían perder su trabajo si cancelamos nuestras suscripciones? ¿Cuanto tiempo podría soportar McDonalds o Starbucks sin cerrar sus locales cuando el flujo de consumidores baje en un 30% o 50% u 80%? ¿Cuantos empleos perderíamos? ¿Cuantos impuestos dejaría de recibir el país?
Nuestra economía es una economía global. Todos los negocios están conectados de una u otra forma, en un frágil equilibrio. Si Tommy Hilfiger cierra su operación en América Latina debe bajar su producción, que con seguridad es en China, lo cual afectará a la economía China que su vez deberá bajar la compra de materias primas al país que le provee las telas y otros insumos. Y Tommy en Estados Unidos tendrá que reducir algunos cargos para ajustar sus finanzas, lo cual generará desempleo y bajará el consumo interno. Y así con cada una de las empresas que se vea afectada por el boicot. Pero, a la larga la baja de consumo en varios países generará que esas empresas se contagian para sobrevivir, generando desempleo que a su vez contrae el consumo y, en poco tiempo, podemos tener una contracción de la economía global o inclusive iniciar una crisis económica de grandes proporciones. Porque, además de los hechos medibles y reales están las reacciones que se generan en las personas por el simple miedo y la incertidumbre.
Los economistas tienen muchas teorías al respecto y hay diferentes modelos para encarar el tema. Pareciera que Trump no consulta a los suyos, o cree que debe desintegrar la economía global para lograr aislar a Estados Unidos y obligar a sus industriales y comerciantes a producir todo internamente sin dimensional que tendrán que restringirse al mercado local. Está actuando como cuando toma las decisiones viscerales e instintivas con que ha manejado sus negocios, y que si bien le han dado una importante riqueza personal no han beneficiado a quienes trabajaban para él o a quienes se hundieron en medio de sus quiebras.
Esperemos que la presión de las empresas de todo el mundo sea suficiente para que Trump pierda la fuerza necesaria para impulsar sus reformas. Por lo poco que se conoce del presidente es de esperarse que no cambie sus planes, pero si se puede lograr que la oposición en el Senado crezca lo suficiente como para dificultarlas o inclusive se logre generar el impeachment. Necesitamos unir nuestras fuerzas, pedirle a nuestros presidentes que se pronuncien y formen un bloque para defender los intereses latinoamericanos. Necesitamos vías de presión, pero igual debemos pensar muy bien antes de tomar vías de hecho. Ojalá las circunstancias no nos lleven a ese extremo.
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Datos de interés:
- El muro que planea construir Trump en la frontera con México tiene un costo estimado de $ 20.000 millones de dólares. Con unas importaciones de  $ 290.000 millones deberán ponerle un arancel del 10% a todos los productos para recuperar el valor del muro en un año. El problema es si ese sobrecosto no le restará competitividad a esos productos y para bajar notoriamente la cifra.
- Trump quiere aumentar la inversión militar en $ 400.000 millones de dólares en 5 años. ¿Busca favorecer a la industria o va a retomar una carera armamentista con fines específicos? ¿No sería mejor continuar las políticas de desarme global e invertir en mejorar las condiciones de vida de millones de personas?
Ves estos y otros planes de Trump y los republicanos en:
http://cnnespanol.cnn.com/2017/01/31/los-planes-de-trump-y-los-republicanos-costaran-billones-podran-pagarlos/